La senda del abismo

Si miras al abismo fijamente,
éste te devuelve la mirada.
Es un abismo atrayente
con una curiosidad afilada.

Observa tu alma por dentro,
recorre profundo tu interior,
buscando la materia del centro,
buscando un resquicio de temor.

Y aquí aguardo con paciencia,
en el precipicio, de frente.
Yo con mi elocuencia
y él con orgullo silente.

Siento que mi duda se evapora,
tengo claro el camino a seguir.
No hay razón para la demora,
es momento del resurgir.

Hasta donde el intelecto permita
seguiré la senda del Gran Santo,
el camino largo hay quien lo evita,
pero también tiene su encanto.

Y cuando alcance al adalid elegido
oscilará el mundo entre mis dedos,
y la magia del grimorio perdido
servirá para aplacar tus miedos.

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