Homenaje a Blake

Vagando en el burdel de las ideas
asientes ante la duda.
Empuñé espada en alto
de defendiendo tu honor,
pero el cuerpo muerto
no venga injurias.
Si él es poeta yo soy Dios,
si él es Dios y soy ateo.
Puedo perder
pero nunca me rendiré,
soy como el Fénix
en su máximo apogeo.
La mente es antro de perversión,
el cuerpo arma del crimen.
Es imposible evitarlo pero me gustan,
pensamientos impuros me rigen.

Escuché

Las calles sombrías desean mi muerte,
no tengo presente, ni pasado, ni futuro,
me doy contra el muro de la incomprensión.
Escuché una canción de palabras amargas,
hablaba de arcas, de antiguos baúles,
de sueños sin dueño.
Escuché profecías de un antiguo Mesías,
no hay más que mentiras en un mundo
que vaga sin rumbo, hacía otra dimensión.
Escuché una canción de amores malditos,
hablaba de ritos, de runas antiguas,
de dueños sin sueños.
Escuché una canción, temible pasión,
amor gozoso, burbujas de cava,
me tumbé en la cama de la traición.
Escuché una canción… sino… maldición,
amor fogoso, besos de lava,
besé a la dama de la perfección.

Perdido en tu luna

La magia de la nocturnidad me envuelve y no puedo escapar.
Me atraen los reflejos de la luna que me llenan de misticismo.
Estoy sereno, estoy vivo.
La noche es mía, la siento,
no me turba ni me espanta,
percibo el olor de la oscuridad.
Las estrellas son espiras de un fuego incesante.
El aura que arropa a la luna es mi anillo de compromiso.
Mis sensaciones son inmensas y no me percato de nada.
El mundo no existe, solo existo yo y mi amada luna.
Temo el amanecer porque me arranca todo sentimiento,
me convierto en el otro.
Ego... Alter Ego.
Te esperaré, vagaré ante los rayos solares.
Amanece y ya te anhelo.
Te esperaré.

La maldad disfrazada

La inocencia es maldad disfrazada.
Ya no creo en los amigos... porque no existen.
La bondad no es más que hipocresía enmascarada.
Siento puñales que me embisten,
me amarran del mástil invisible
que está sumergido en las aguas de la traición.
La muerte es la más fiel al corazón.

La enseñanza

Pequeño es el infierno, y pequeño el infinito de mi actuación.
Ya no creo en duendes malditos porque el mundo de las ideas
está ahora reinado por la razón.
Maldigo el día en que me hice mayor porque dejé de soñar,
porque ese día me perdí en una línea recta.
He perdido el placer de la diversión,
cuando me explican lo que es la risa me sorprendo.
La música me mata y la luz me deprime.
Las sombras me escudarán desde la prisión al altar de piedra.
Los violines dejarán de sonar para dar paso al ocaso,
oscuridad eterna en el Valle del Sol, seres, invasión...
El corazón acerado se fundirá ante tu intensa mirada,
el miserable será feliz en tu regazo y el villano
envidiará al miserable por sentir el calor de tu pasión.
Habrá celos que darán muerte, y seres muertos
por el dolor de sus ancestros, que fueron miserables,
y a su vez, maestros.

En mi honor

Repite el silencio
que acabas de pronunciar…
me pareció oír ladridos…
de un perro ya olvidado.
Los ecos de un solitario,
sordera de multitud…
me llega como un rumor
la brisa de tus suspiros.
Refugiado en mi interior
me hago fuerte en silencio,
escondido tras mi cuerpo,
olvido y escribo en mi honor.

Trocito de cielo

Es amargo licor que bebo con gusto,
la conocí en una noche de alcohol,
le di mi cuerpo y recibí el suyo.
El tiempo no pasaba despacio.
Las sábanas susurraban 
la canción que sonaba en la radio.
Mi piel se estremecía al notar
su dulce y delicado tacto.
Besándola recorría su cuerpo,
abrazándola compraba 
mi trocito de cielo.
Las sábanas danzaban al ritmo de jazz,
que iba apagándose...
Mientras, Morfeo me envolvía
con hierba de sueño,
y yo me dejaba atrapar 
como ella había hecho ya.

En el juicio final

Llegará el día del juicio final
y entonces no habrá colores,
grises lágrimas, grises flores.
Crepúsculo, decadencia espiritual.
Morderás el polvo de lava infernal,
sentirás pasión por intensos dolores
que te harán pensar en pasados errores.
Nadie irá a tu triste funeral.

M

Mujer de armas tomar,
aire no contaminado,
ilusión de pertenencia,
acúsame de amar,
lígame, déjame atado,
envenéname con tu presencia,
no me niegues nada más.

Mente

Al ver la sombra tensé el corazón,
noté su mirada, sentí su aliento,
se acercaba sigilosa a mi pensamiento,
escudriñaba recuerdos con devoción,
leía mis miedos con gran soltura,
sabía qué hacer en todo momento,
sabía qué hacer, seguía creciendo,
me estaba atrapando con falsa ternura.
Susurraba poesía envuelta en una túnica,
me atraía, me estaba rindiendo,
mientras se desvanecía estaba riendo…
¿Qué es primero: la palabra o la música?