Busco epitafio

Bajo el insostenible peso del fracaso
busco epitafio para un romántico idealista,
y en las calles vacías, almas escurridizas,
pero hambrientas como tú, piden paso.
Ya sólo encuentro refugio en tu alcoba,
segadora de almas, coleccionista de corazones,
y en esta celda oscura, aprisionado por mis temores,
dejaré de luchar, aceptaré esta amarga derrota.

Que...

Que llegue la luna de invierno
y me hiele el corazón,
que pare ahora el tiempo
si te arrastro a la pasión,
que me asfixie este incienso
si no buscas mi perdón,
que te envíen al infierno
si me dañas sin razón.

Bendigo, maldigo...

Bendito el momento que no pienso en ti,
bendito el licor que me embriaga,
maldita tu luz que se apaga,
malditas las noches sin fin.
Benditas las risas con los amigos,
malditos los días sin tu compañía,
maldito el reloj de la melancolía,
maldito el corazón hecho añicos.
¡Qué triste no sentirse
con fuerzas para amar!
Maldita la diosa en el altar…
¡Qué triste no sentirse
con fuerzas para ser amada!
Bendita la diosa decapitada.

Celoso

Latiendo fuerte el corazón
pero con el alma triste.
Te echo de menos
desde el momento en que te fuiste.
Queriendo, deseando, suplicando
disfrutar contigo cada instante.
Decirte, susurrarte, confesarte
que para mi eres importante.
Celoso del tiempo que sin mi pasas.
Celoso del espejo de tu baño.
Celoso de la almohada que abrazas,
ella no te necesita tanto.

Sonriente maja

Dulce afrancesada, sonriente maja
en la batalla de cama,
abre mi caja de Pandora.
Silénciame con un beso,
dime que te encanta,
recita ese verso que me enamora.
Entra en mi espacio vital,
Muéstrame tu aurora boreal,
haz que enloquezcan mis neuronas.
Inspira esta poesía dormida,
aumenta mis ganas de verte,
procura no perderte
entre la espuma de mis olas.