Bendigo, maldigo...

Bendito el momento que no pienso en ti,
bendito el licor que me embriaga,
maldita tu luz que se apaga,
malditas las noches sin fin.
Benditas las risas con los amigos,
malditos los días sin tu compañía,
maldito el reloj de la melancolía,
maldito el corazón hecho añicos.
¡Qué triste no sentirse
con fuerzas para amar!
Maldita la diosa en el altar…
¡Qué triste no sentirse
con fuerzas para ser amada!
Bendita la diosa decapitada.