Al borde del abismo

Me acerqué peligrosamente al abismo,
hasta el punto de sentirme rodeado a mi mismo
de serpientes que no me dejaban reposar.
Necesito un respiro, dejadme respirar.
Abrumado, me siento débil, necesitado.
Quebradizas paredes de un túnel laberíntico me rodean,
pero con mis alas evito todo problema,
doy marcha atrás, vuelo y me pierdo
en ocultos sentimientos que me abrasan.
Y necesito respirar.
Y escucho música, y la música me embriaga
y me enloquece por momentos.
Quizás sea locura.
Miénteme y dime que me deseas.
El final está cerca y no me arrepiento de lo anterior...
¿O quizá sí?
En la rareza radica el misterio, y el misterio es atractivo.
Atractivo y peligroso.
Peligroso como el oscuro abismo.
Oscuridad.

El inmortal

Luna amarga, agresivo carácter, 
ardiente boca, lógica quimera.
Con el diablo pacté un cielo teñido de sangre.
A cambio ofrecí lealtad embustera.
Temor no tengo porque soy inmortal,
unicornio entre caballos 
que no comprenden su naturaleza.
¿Vale la pena ser superior? No mientras vivas.
Siento que gran parte de mi está vacía,
es un vacío insostenible e inquebrantable,
que me ahoga con su intangible peso.
Sol amargo, agresiva reacción, 
gélido corazón, lógica quimera.

El rey del universo

Yo soy el elegido, y... aunque febrilmente me aguanto en pie,
ya no sostengo con garra mi espada,
esa espada que me ha visto en lo más alto,
esa espada alada que sume ahora en la nada.
El vacío es justo castigo a quien es duro enemigo, yo mismo.
Hago cosas en las que no creo, y por ello el cielo me rechaza
y me sume en la miseria.
Y aunque pletórico de valentía, me siento ratón.
Refugiado en mi madriguera evito toda pelea con mi ego,
mi representante interior.
Me temo lo peor, el tiempo me corroe y me hace mayor.
Yo, que fui rey del universo, siento incesante
la llamada del infierno. Satanás no me teme.
El sarcasmo es un arma de doble filo difícil de controlar.
Yo, que fui rey del universo, siento que mis cenizas
se esparcen al viento, y no retornarán.