El microcosmos de Júlia

El microcosmos de tus ojos refleja presencia.
Escondida tras tu crisálida de hueso
buscas el fruto derivado de tu existencia
mientras sonríes al envite de un beso.

El microcosmos de tus ojos busca consejo.
Lecciones de padre con alma de maridaje:
las personas tienen carácter disparejo
y la frustración también es aprendizaje,

todo lo que muere sobreviene más eterno,
adversidades fortuitas fortalecerán tu fuselaje,
lágrimas de avatares salpicarán tu cuaderno
y cada aventura te completará el equipaje.

Talaiot de fusta

En el teu món un talaiot és de fusta,
aranya de terra i mar, aranya morta,
empassa gelats de llepa i degusta,
bona nit Llucmajor, tanca sa porta.
 
Terrorífic robot que t'asusta,
un moment, sa música està forta,
un comiat sempre te disgusta, 
pell amb pell que te comforta.

Lista paralela

Mono, poli, semi, anti, hipo, meta, pre.
Todo y nada, ciencia y letra, zurdo y derecho.
Cosas en la lista de lo que no he hecho,
posiblemente cosas que jamás haré:

Romper una reliquia de Santo Tomás de Aquino,
poner una bomba en la sede de la mafia,
besar una momia y caer en desgracia,
colarme en el Vaticano y plantar un pino.

Matar fascistas como Lyudmila Pavlichenko,
vender buratachos en una casa de subastas,
entrar en una secta de lo más entusiasta,
rodar una película con el peor elenco.

Drogarme con un guía espiritual navajo,
tener cien hijos de muchas razas,
lapidar toreros en la arena de una plaza,
cenar con Drácula una sopa de ajo.

Mangar la Gioconda y comerme el lienzo,
hard bondage, glory hole, lluvia dorada,
decapitar a un rey con mi espada sagrada,
cumplir esta lista del fin hasta el comienzo.

Predicción contra destino

Y como quien no quiere la cosa te encontré.
Te encontré como la noche encuentra el día,
como al mesías se le revela una profecía,
como las mañanas reclaman su café.

Y como quien no quiere la cosa te necesito.
Te necesito como una madre a su bebé,
como una respuesta requiere su porqué,
como Munch concibiendo El grito.

El oráculo erró en su vaticinio,
no podía estar más equivocado,
sostuvo que el pesar era mi dominio,

calavera, tarambana, descerebrado,
vicioso desprovisto de raciocinio...
Mi destino por ti ha cambiado.

El infame Eros me despertó

El morador de los corazones maltrechos
me alabó en una pose rígida y solemne,
y levantando las manos me ofreció su calamidad
(que no comulgaba con mi libertad de expresión).

Emprendí una búsqueda de lustros al acecho.
El infame Eros no me dejó salir indemne
contra los acólitos de su misma verdad,
espíritus con trazos de desesperación.

Mi curiosidad se materializó en alma de diablo,
como la inocencia infantil e insolente,
asomándose a la oscuridad de un abismo,
punzante como una aguja en el cerebro.

Y ahora atiende, discúlpame si te hablo...
Me da igual si sucumbe este mundo inerte,
carcomido por óxido su propio mecanismo.
Si está ya descompuesto, yo lo celebro.

Desaliento y ánimo

Cuando llegó al límite su corazón se agrietó
mientras el cuerpo se estremecía,
posponiendo lo inevitable sus alas cercenó
aunque mantuvo las garras afiladas.

Pensó que incluso las personas más ruines
nacieron siendo amadas,
y en un vector de la elipse del declive
el orgullo de ser valiente emergía.

Hay humanos que albergan sueños utópicos,
demasiado grandes para ellos,
reservados solamente a los dioses,
inaccesibles para los plebeyos.