Perdonar y pretender que jamás existió son cosas distintas,
el tiempo tiende a mitigar el dolor de los fracasos de la vida.
Y cuando crees que no tienes poder, ni control ni salida,
a Dios se le antoja cagarse una vez más en tu comida,
burlando tu fe al jugar en su pared a las sombras chinas,
mito de la cueva de una creencia presuntamente asertiva.
el tiempo tiende a mitigar el dolor de los fracasos de la vida.
Y cuando crees que no tienes poder, ni control ni salida,
a Dios se le antoja cagarse una vez más en tu comida,
burlando tu fe al jugar en su pared a las sombras chinas,
mito de la cueva de una creencia presuntamente asertiva.