Correspondencia bilateral

Ya no hay secretos que no sepamos.
Nuestra fórmula es querernos.
El vicio de poder vernos
sin pensar en errores pasados.

Aquello de lo que carezcamos
nos lo otorgaremos de modo tierno,
dejaremos una estela en el recuerdo
de alternas virtudes y pecados.

Noches furtivas de hallazgos profanos,
consecución genética de entes eternos,
indultos intensos en nuestros inviernos,
poemas surgidos de inicios sagrados.