Redes

Adorar los sagrados males
de los gurús de la sociedad,
exponiendo datos personales
en supurantes redes sociales.

Plagiando otros andares, 
otras enseñas de identidad, 
obtusos los occipitales
de mánager de comunidades.

Implantar odio a otras voluntades,
haters en la clandestinidad,
influencers de infelices avatares
tras el caos de pandemias digitales.

Trazos perversos

Cuando se fue la luz aparecieron los grillos,
una oscuridad paulatina engullía calmada,
segura de desaparecer al llegar la alborada,
el ciclo de la eternidad como algo sencillo.

En un sótano alguien pintaba en carboncillo
una escena con minuciosidad detallada,
una escena de psicopatía perfeccionada
mientras apuraba el último cigarrillo.

Un reguero de cadáveres despojados de decencia,
nigromancia y renacimiento en espiral,
perfeccionismo y muerte en un acto final,
una escena de
 intensa y soberbia demencia.

Un amo mundanal

Mi amo vivía a un ritmo veloz,
mi amo huía de una muerte segura,
mi amo amaba a esa maldita bruja
que profana el alma con su voz.

Sintió que le amarraban un morral,
que de su rebeldía no quedaba jugo,
le dominaron bajo el ordinario yugo
de quien elige los baremos de lo normal.

Se deshizo de varias obsesiones
bajo una luna resplandeciente,
nada perturba eternamente,
y danzó con sus tentaciones.

Mi amo quiere volver a reinar
por que todo le parece viable,
en su ambición inacabable
incluso Othar le resulta vulgar.