Los templos del Saber

Sin saber qué acaecía me dirigí al templo de Zeus.
Una mayoría no es tal sin la minoría a la que se opone.
Quien me mandó obedecer no contó
con mi rebeldía pasajera, pero rebeldía al fin y al cabo.
Un millón de años no sirven para enseñar
si no hay nadie que quiera aprender.
Las quejas al máximo responsable son gritos para sordos.
Sin riesgo no hay temor, sin temor no hay emoción,
sin emoción no hay sentimiento,
sin sentimiento no hay amor, sin amor no hay riesgo.
Lo tangible se vuelve etéreo y lo razonable imposible.

Sin saber qué ocurría me dirigí al templo de Apolo.
La memoria no olvida lo que quieres olvidar.
Los sueños son pesadillas a menudo.
La sangre es licor de hambriento vampiro,
el vampiro es un ser superior, que no Dios.
Dios existe para el inculto crédulo.
Mi casa no es tu casa y tu bondad es efímera.

Sin saber qué sucedía me dirigí al templo de Venus.
Y allí me quedé... en el Edén... junto a la ninfa...

Descanso...

Relajación...