El lamento

En la cumbre de la creatividad 
y en la miseria de la soledad,
el éxito acompañado de tormento,
por mucho que busque no me encuentro.
¡Siento el cielo tan lejano!
Ya no me habla el mundo en privado,
ni me acaricia el viento.
¿No escuchas mi lamento?

Su contacto

El contacto con su cuerpo,
el sudor en su espalda,
esa cara de niña mala
cuando agarra el miembro erecto.
Adoro que se muerda el labio superior
mientras rozó sus duros pechos,
adoro que gima de placer
cuando la penetro.
La adoro a ella, mi musa,
mi ninfa, mi gran secreto.

La sombra del puercoespín

Agresiva apariencia como la sombra del puercoespín,
la cara oculta del ser, perversa mente, principio del fin.
Ayer las sombras organizaban mi muerte,
segaron mi alma del campo de la vida
para llevarme al oscuro valle del penitente.

El juego del astado

La embestida del astado me dejó exhausto, sin energía.
Ese primate rojo, mitad bestia, mitad humano,
ese ser de la utopía, ese devorador de almas.
No cesaba en su intento de vaciarme con sus garras,
yo trataba de resistir, evitando mi entrada
en el mundo de los sueños eternos.
El ser supremo del averno atacaba con empeño,
hasta que, derrotado y sin fuerzas,
me dejó sobrevivir, para él solo era un juego.

Neutro es tu dolor

Después del esplendor llega la decadencia.
Lo más malo de la vida te atormenta cada noche en forma de pesadilla.
Lloras lágrimas insípidas, neutro es tu dolor, ni te hace mal, ni te beneficia.