El fascismo desmedido

El fascismo desmedido comulga con su egocentrismo y arrogancia,
su sed de destrucción engendra la ceguera de su pocho corazón.
El aguilucho real ha destetado ya a sus polluelos de la lactancia 
para dejarles volar en bandada, jauría ogullosa de nuestra ablación.

Los que durante lustros han presumido de aniquilar vidas en cunetas,
se despojan de sus máscaras alentados por la voz de Su Majestad.
Pero como su odio alimenta nuestras perennes ansias de Libertad
ahora tiemblan como cobardes ante las hordas pacíficas e inquietas.