Ese aquél

Tu perfume ya no estimula su olfato,
tus formas ya no alteran su pasión,
las tinieblas de una tóxica relación 
le relegan de arquetipo a garabato.

Ese aquél ha perdido sensibilidad
y es cofrade de las mordaces horas,
a veces yace con sombras impostoras
e injuria su inconstante voluntad.

Ese aquél se desmiga en su prisión 
y desbroza facciones de la identidad,
es un proceso lleno de complejidad 
y necesario en la propia superación.

Después disfrutará de su algarabía,
ordenará lo que le queda por hacer,
pero desconoce que antes de renacer 
la última noche es la noche más fría.

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